sábado, 29 de noviembre de 2008

Atreverse


Quizá el lector sepa de qué ciudad se trata, si no lo sabe, intente adivinarlo o ubicarlas, es buen ejercicio.
El ejercicio siguiente, urgida por el recuerdo de aquellas ciudades perdidas que citaba el increíble Italo Calvino, es que imaginen una historia, cualquiera, que tiene que ver en estos dos escenarios. Ustedes deciden si son la misma ciudad, si no lo son, pero lo inevitable es que la historia ocurre en un pasillo, en un corredor, en un subsuelo, en un lavatorio, donde quieran, donde imaginen, pero deben confluir en las dos fotos mostradas...
Saben por qué el ejercicio después del otro? Porque lo único que puede dejar a pie al ojo humano es la imaginación, y en ella reside toda la potencia de nuestra creatividad.
Disfruten de ella, quiéranse en ella, elévense en ella, no hay fronteras para su ilimitada capacidad: comprúebenlo con las palabras que pueden ser aliadas infatigables de esa imaginación que todos tenemos.

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Puerta

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Enrique Medina