martes, 1 de febrero de 2011

FREE PLAY


En medio de unas accidentadas vacaciones y pensando que algunos de ustedes están regresando de las mismas, mientras otros recién las comienzan en este recambio de mes y de quincena, me pareció interesante proponerles la lectura de este delicioso libro para quienes pretendemos encontrar ese equilibrio entre la sujeción a las reglas y la improvisación. Se trata de “Free play: La improvisación en la vida y en el arte”, de Stephen Nachmanovitch.


El autor a través de una serie de ricos argumentos literarios nos va conduciendo para encontrar las fuentes internas de la creación espontánea. Conocido en el ambiente musical por sus recitales improvisados en su instrumento, el violín, y en el ambiente filosófico por sus clases sobre libertad espiritual, el escritor sintetiza en este libro todo el conocimiento que tiene para ofrecer. Está dedicado a la gente en general, sin importar el campo en el que deba liberar o fortalecer sus poderes creativos. De él se ha dicho que “hallará su destino en cada escuela, oficina, hospital o fábrica.” Sin embargo el autor resalta uno de los valores que más se ha perdido en la actualidad: el arte en la vida del hombre. Nachmanovitch cree que el arte es una de las cualidades supremas del ser, y lo considera un remedio (el único quizás) para salvar a la humanidad de la mediocridad en la cual se encuentra sumergida. Siguiendo esta línea, deja en evidencia realidades como “[énfasis] en el producto a expensas del proceso”, o el culto ferviente de lo efímero; realidades que limitan la existencia del hombre moderno.
Al conocernos a nosotros mismos, somos capaces de reflejar nuestra mente en la creación, no de forma espléndida ni original, sino de forma auténtica, que es al fin y al cabo la única forma que importa. “Lo que tenemos que expresar está en nosotros, es nosotros, de manera que la obra de la creatividad no es cuestión de hacer venir el material sino de desbloquear los obstáculos para su flujo natural”.
Me ha resultado de una gran riqueza ya que nos impulsa a utilizar mejor nuestra capacidad de juego, nuestra ingenuidad y creatividad. Y todos podemos disfrutar de su lectura si tenemos en cuenta que si bien no todo es arte, el arte forma parte de todo.

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Puerta

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Enrique Medina